Hola!
En la entrada anterior os conté como viví la primera parte de las oposiciones: el desarrollo del tema i el caso práctico. Hoy, los días posteriores a la defensa de mi programación.
Como os comenté, salí contenta tanto del tema como del caso práctico, pero eso no significaba nada. Recuerdo esa semana como más bien rara. Tenía muchas cosas pendientes y un montón de cosas por recoger en mi aula, pero mi cabeza seguía en el examen. Esos días me di cuenta de errores que había cometido, de cosas que me habían faltado... pero claro, no sabías cuanto iba a eso a perjudicar tu nota.
Si por la mañana trabajaba, por las tardes preparaba la defensa de la programación. No sabía la nota, pero sí sabía que sería de las primeras si pasaba a la segunda fase. Tengo que decir que modifiqué muchísimas cosas a última hora, me di cuenta de errores... por suerte tengo una buena impresora en casa y una encuadernadora, con lo que no había problema. No exagero si os digo que en esos días volví a imprimir la programación 3 veces. De hecho, había comprado un paquete de 500 folios antes de las opos. Esos días se acabó.
Por suerte, además, me dieron unas horas libres extra en el colegio, con lo que pude aprovechar (¡y mucho!) para practicar la defensa. La parte que más me preocupaba era la de la programación de centro. Sabía que estaba bien, pero tenía que hacer referencia a todo en 20 minutos. La práctica tuvo su recompensa porque conseguí defenderla en 18 minutos.
Pasé el último claustro del curso súper pendiente del teléfono. Era jueves y habían dicho que tal vez saldrían las notas. Pero no fue así. Prácticamente agoté la batería del teléfono esperando la publicación de las notas. Y como era de esperar, no salieron.
El viernes 29 de junio no tenía cole. Es festivo en mi localidad, con lo que pude dedicar todo el día a la programación... y a ponerme nerviosa. F5 F5 F5 y ahí no aparecía nada. Recuerdo que en la presentación nos dijeron que si el viernes a mediodía no habían publicado las notas, no saldrían hasta el lunes. Así que sobre las 14:15h revisé una fez más, por eso de matar el rato y ¡oh sorpresa! ¡estaban publicadas! Miré mi nota y el chasco fue monumental. Un 5,5. Un triste cinco y medio. Estaba en shock y para nada contenta. Mi marido no entendía nada. Estaba aprobada y eso era lo importante. Pero yo estaba completamente en shock, pero me puse a revisar las notas de los tres tribunales y aquello daba un poco de pena. Gente con años de experiencia suspendida con un 3 y como nota máxima un 7. Así que mi ánimo mejoró. Además, tenía que prepararme para entregar la programación el lunes a las 9 de la mañana. Así que me puse a revisar la programación una vez más, revisar el material, imprimir y encuadernar.
Pasé un fin de semana de nervios. No salí de casa para absolutamente nada. El lunes, salí tempranísimo de casa para ir a la sede de mi tribunal. Vi a algunos compañeros y todos comentamos lo bajas que eran las notas en general. Entregué mi programación, resolví un par de dudas y volví a casa. Aún tenía mucho por preparar y tenían la encerrona en menos de 48h.
Sobre como me fue la encerrona, os hablo otro día. :-)
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